Por Arturo Arroyo.
México es un país privilegiado por estar situado en una zona geográfica colindante con el Océano Pacífico y el Océano Atlántico, además de poseer una frontera con la principal economía del mundo y nuestro principal socio comercial. La infraestructura en comunicaciones y las rutas comerciales se han convertido en el principal detonador de las economías en vías en desarrollo. Es por eso la gravedad de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), que pudo aumentar las operaciones de comercio y convertirlo en un hub.
Analizando la política comercial del presidente López Obrador encontramos que se han eliminado organismos diseñados ex profeso para apoyar al Comercio Exterior como ProMéxico y no existe una estrategia clara para consolidar a México como una potencia exportadora. Sin embargo no todo es malo dentro de su visión comercial, he identificado la que podría ser la obra de infraestructura más relevante e importante para el comercio exterior de nuestro país: El Tren Transístmico.
Es el proyecto ferroviario el cual conectará al Pacífico con el Golfo de México, contempla una inversión de 104 mil 220 millones de pesos. Según lo dicho por el presidente, esta obra no afectará al medio ambiente y que se construirá con capital nacional. Se dice que la idea surge en una visita a Panamá en el año 2016, cuando era Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
El ferrocarril contempla dos vías, de carga y de pasajeros. Además el proyecto prevé obras simultáneas como:
- Modernización de carreteras y vía de ferrocarril.
- Red de fibra óptica.
- Ampliar puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz.
- Mejorar refinerías de Salina Cruz y Minatitlán.
- Desarrollo de parques industriales.
- Instalar empresas en el corredor del Istmo.
- Crear una zona franca: bajar ISR e IVA y precios de gas, luz y gasolina.
También se prevé que en dos años la región del Istmo será una zona libre, similar a lo que ya ocurre en los municipios fronterizos del norte. Con ello se propone una reducción de impuestos del 50% al IVA, es decir que pase del 16 al 8%, similar al plan que se aplica en la frontera norte del país, en tanto el ISR quedaría en 20%.
Si efectivamente esta obra se desarrolla de manera conjunta con la ampliación y modernización de los puertos de Coatzacoalcos y Minatitlán, además de que los inversionistas apuesten por trasladar sus parques industriales a estas zonas habrá una sana competencia con el Canal de Panamá y su ferrocarril transoceánico. Y lo más importante sería erradicar la pobreza de los municipios de los estados del Sur y detener la migración.
Logísticamente hablando tendremos también más opciones para abastecer al mercado del este de los Estados Unidos, de Europa y de Asia.
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